La Taxonomía de Bloom es una poderosa herramienta para definir los objetivos clave del aprendizaje, tanto si se aplica a una lección concreta como a lo largo de todo un curso escolar. Estos marcos han ayudado a los educadores a estructurar la enseñanza, la comunicación y la evaluación en el aula "para crear una instrucción eficaz y significativa... [al] planificar nuevos planes de estudio o revisar los existentes; comprobar la relevancia de las metas y objetivos del curso; diseñar la instrucción, las tareas y las actividades; y desarrollar evaluaciones auténticas".

Creada en 1956, la lista original esbozaba seis pasos progresivos en el aprendizaje de los alumnos: Conocimiento, Comprensión, Aplicación, Análisis, Síntesis y Evaluación. Estos pasos se actualizaron en la Taxonomía Revisada de 2001 para reflejar mejor la naturaleza activa del aprendizaje: Recordar, Comprender, Aplicar, Analizar, Evaluar y Crear. El equipo responsable de esta revisión también definió cuatro tipos de conocimiento que impulsan estos procesos: Factual, Conceptual, Procedimental y Metacognitivo.

Definición de los objetivos de aprendizaje

La Taxonomía de Bloom es jerárquica; construye las destrezas sucesivamente. Tanto los profesores como los alumnos tienen un plan de juego para trabajar objetivos de aprendizaje como comprender, recordar o pasar rápidamente a destrezas de nivel superior.

Además, Bloom ofrece una estructura organizativa para crear y aplicar objetivos de aprendizaje, lo que ayuda a los profesores a trabajar con normas curriculares y metodologías de evaluación que cambian a menudo. Los educadores de la Universidad de Florida Central atribuyen a Bloom el mérito de "ofrecer un marco orientativo para descomponer [una confusa serie de normas y requisitos curriculares] en trozos accesibles que pueden utilizarse para dirigir los planes de clase cotidianos y pueden compararse fácilmente con sus propios objetivos para la clase".

El acceso a una terminología común a la hora de describir los objetivos de aprendizaje en el aula puede hacer que la cooperación entre educadores y alumnos -y entre educadores y otros educadores- sea aún más eficaz.

Crear actividades para el aula

La Taxonomía de Bloom revisada utiliza verbos en lugar de sustantivos para conectar más directamente los objetivos de aprendizaje con acciones, destrezas y actividades. Los educadores pueden utilizar esas palabras de acción para generar posibles preguntas que plantear a los alumnos en el aula. Esas preguntas pueden conducir a actividades diseñadas para dar a los alumnos oportunidades de responder a esas preguntas y adquirir las destrezas descritas en la taxonomía.

Evaluación de los objetivos de aprendizaje

Los educadores "también pueden aplicar la Taxonomía de Bloom a las preguntas de pruebas y exámenes existentes para evaluar qué niveles de cognición cultivan".Esta tabla proporciona un esquema de cómo los diferentes tipos de evaluación se alinean con los diferentes niveles y sus correspondientes verbos. Para el nivel de conocimiento "Analizar", por ejemplo, los verbos sugeridos incluyen "valorar", "diferenciar" y "esbozar". Las evaluaciones sugeridas incluyen encuestas, estudios de casos, gráficos y cuestionarios. Aplicada a las metodologías de evaluación junto con los objetivos de aprendizaje y las actividades de clase, la Taxonomía de Bloom puede ayudar a los educadores a "mantener la coherencia entre los métodos de evaluación, los contenidos y los materiales didácticos, y a identificar las áreas débiles."

Si desea más ideas sobre cómo aplicar la Taxonomía de Bloom en el aula, consulte estos recursos:

• Pensamiento crítico y alfabetización informacional: Taxonomía de Bloom
• Utilizar la taxonomía de Bloom para redactar resultados de aprendizaje eficaces